Maverick

La imagen presagiaba la inminencia de la confrontación, una habitación en penumbras, apenas un rayo de luz cortando la oscuridad, en la cama, un niño con el ceño fruncido y una expresión de preocupación difícilmente vista en imberbes de esa edad.  Pero la situación era compleja, era un escenario que aunque lo había imaginado muchas veces, jamas estuvo ni cerca de hacerse realidad.

Después de respirar profundo y apretar las manos con fuerza sobre las rodillas se levanto de la cama, no era fácil enfrentar esta tarea y mucho menos escoger las palabras con las cuales le diría a su madre que iba a ir al cine con una niña, era comienzos de 1987, tenía exactamente 12 años y nunca había tenido que enfrentar una situación como esta en su corta vida, la posibilidad de recibir aquella mirada de madre orgullosa, pellizco en el cachete y un suspiro cargado de orgullo le aterrorizaba pues solo sería el comienzo de muchas miradas similares y los chistes de rigor, una puñalada a su hombría incipiente.  

Salió de su cuarto y camino por el pasillo repasando mentalmente el pequeño discurso que había planeado, bajo las escaleras, cruzo por el pequeño salón que antecede a la cocina y se dirigió hasta el fogón donde su madre vigilaba atentamente las ollas renaware, que tanto orgullo le producían, calentándose en el fuego de las hornillas.  El aroma era delicioso y por un instante se olvido de su misión, su cabeza comenzó a imaginar el sabor de esos patacones que se crispaban en el aceite hirviendo y de esa carne mechada que se cocía en un sofrito de cebollas, ajo, tomate y ají dulce, cuyo aroma inundaba la casa y cual perro de Pavlov le hacían activar la salivación.

Recuperando la compostura y ante la mirada inquisidora de su madre se adelantó y la increpo.

- Madre, mañana voy a ir al cine.
- Ok, pero vas a tener que hablar con tu papá por que yo tengo que llevar a tus hermanos a una fiesta.
- No hace falta Má, me van a venir a buscar.

Su madre dejo de mirar al fogón y le miró de arriba a abajo, tratando de adivinar que planes escondía tras esa cara de pendejo bien administrada.

- Ajá, explica como es esa historia, quien te viene a buscar?
- Bueno, sabes que estrenan Top Gun en el cine Canaima y me invito la familia de Gaby.
- La familia de Gaby. Dijo en aquel tono indagatorio que busca llegar al fondo del asunto, su madre conocía perfectamente a la familia de Gaby y sabía que cualquier invitación hubiese venido directamente siguiendo aquel canal madre-madre que no deja lugar a confusiones.
- Bueno en realidad es con la prima de Gaby que va a ir con el novio y ella y me invitaron pues.

Trató de hacer una explicación lo mas sencilla posible, pues la idea de dejar a su muchachito inventor, de 12 años con otra muchachita inventora y un par de muchachos que no pasaban de 20 años, ir solos al cine, de noche, ciertamente no le sonaba como algo plausible.

Le miró de arriba a abajo y la rigidez de su rostro comenzó a suavizarse, con horror el pequeño apretó los dientes, cerro los puños y vio como fue surgiendo aquella mirada de orgullo, matizada con una sonrisa y ese sonido que hacen las madres con la única intención de de avergonzarnos ante propios y extraños.

Se acerco hasta el y lo guió hasta la mesa de la cocina y ahí, comenzó realmente el interrogatorio.

- Cuéntame, estas de novio con Gabrielita? preguntó sin ninguna contemplación.  Gabriela era su compañera de clases y su amiga desde segundo grado y ciertamente una candidata ideal, su familia era gente buena y muy simpática y su padre un alto ejecutivo de una de las empresas del holding al cual pertenecía el padre de Ignacio, una situación ideal desde todo punto de vista.  
- No mamá, no estamos de novios. Su cara en este punto, mostraba la lucha interna que sufría, por un lado quería pararse y terminar con este suplicio y por otro, la idea de ir al cine con Gaby, como novios, era algo que le animaba a continuar esta charada.
- Bueno no te de pena, eso es perfectamente normal a tu edad. Dijo su madre con esa sonrisa que le avergonzaba mas a cada momento.
- Madre, me vas a dar permiso? pregunto sin querer parecer muy ansioso
- Seguro, pero quiero hablar con esa prima para ver como es la historia. Dijo dando por concluido el interrogatorio y satisfecha por las respuestas obtenidas.

Su madre se levantó de la silla y se fue directo al teléfono a llamar a su hermana.  La humillación publica había comenzado.

Mientras subía las escaleras para ir a su cuarto, alcanzó a escuchar a su madre decir "Adivina gordita, Ignacito va a salir con Gabrielita al cine mañana.... Si deben estar de novicios pero el se hizo el loco".

Continuo su ascenso al segundo piso de la casa, con su orgullo hecho pedazos e imaginando las chanzas de tíos y primos.  Llego a su cuarto y se acostó a pensar como sería esa primera cita, por que con Gaby había ido al cine millones de veces, pero nunca fue en plan de novios, ni con ella ni con nadie, era un niño todavía y lo sabía, pero este sería su estreno en ese mundo que luego tantas veces le daría alegrias y tristezas.

Gabriela era una niña linda, rubia, súper simpática y divertida, pero sobre todo era una niña brillante, tenia esa inteligencia que Ignacio tanto admiraba en las personas y una velocidad mental que dejaría pasmado a cualquiera. Luego de dejarle en ascuas por varias semanas, se acerco a él en el patio del colegio y mirándolo a los ojos le habló.

- Hola Ignacio, quiero hablar contigo de aquella nota que me dejaste en el morral.
- Hola. Fue lo unico que alcanzo a decir, quedo petrificado, sintió como las fuerzas lo abandonaban y tuvo que recostarse a la pared para no caer desmayado en ese mismo instante.  Haber dejado esa nota pidiendo a Gabriela que fuera su novia le había costado Dios y su ayuda, había pasado días de angustia esperando una respuesta. El paso del tiempo sin ningún cambio en la actitud de la niña, le habían dado la tranquilidad de que el asunto había quedado enterrado, por lo que decidió olvidarse del mismo.
- Bueno, quiero que sepas que si, lo pensé y voy a ser tu novia.  Las palabras de Gabriela le resonaban en el cerebro, que hacía con esta respuesta, la verdad es que cuando dejo aquella nota, jamas pensó que tendría éxito y ahora se encontraba en el peor escenario posible, una respuesta positiva y ni la mas mínima idea de que hacer de ahí en adelante.
- Ok.  Fue lo unico que pudo decir.

Gabriela se dio la vuelta y se marcho con su grupo de amigas que la esperaban riendo para comentar, probablemente la reacción del joven.

Cuando Gabriela lo invitó al cine, Ignacio aceptó inmediatamente, después resolvería los temas prácticos como el permiso de sus padres, toda la semana la pasó pensando que debería hacer durante esta cita, se tomarían de las manos, se abrazarían, mas importante todavía, se besarían?  todas estas interrogantes le torturaban, no tenía hermanos mayores a quien preguntarle cual era el protocolo a seguir en estas situaciones, y su padre, ciertamente no era alguien a quien recurrir pues su relación era tan formal que rayaba en lo profesional.

Llegado aquel sábado y al borde de la muerte por causa de la anticipación al evento, Ignacio contaba los minutos para tomar un baño y vestirse, la camisa que se pondría la había escogido desde el jueves para que su madre la lavara y la planchará, el pantalón lo escogió ese sábado en la mañana, su único jean Guess del tipo "nevado" y unos mocasines blancos sin medias al estilo Miami Vice, toda una producción al mejor estilo Hollywoodense.

El tiempo transcurría demasiado lento, casi no probó el almuerzo y no había absolutamente nada que le calmase la angustia, la televisión no tenía nada interesante en los dos canales disponibles y el Atari, su refugio habitual, hoy no le despertaba la misma emoción que otros días.

Su madre tal lo prometido se fue con sus dos hermanos menores a una piñata a las 4 de la tarde, tenía todavía 2 horas por delante para pensar en lo que iba a hacer, cuales serían sus movimientos, sus palabras y en que momento las diría.

El tiempo pasó con toda la parsimonia posible y cuando finalmente llego la hora, tuvo que apurarse para estar listo.  El timbre sonó y salió corriendo a abrir la puerta.  Al cruzar por el porche de la casa vio que quien tocaba el timbre era el novio de la prima de Gabriela que lo miró con una mezcla de displicencia y picardía.

Ignacio grito una despedida a su padre que se encontraba en el patio de la casa y saludo a Ricardo al cruzar por la reja.

- Hola Ignacio. Dijo la prima de Gabriela con una sonrisa muy parecida a la de su madre.
- Hola, como están? Hola Gaby. Dijo mirándola y se acerco para darle un beso en el cachete.
- Coño carajito, te echaste el pote de colonia completo. Dijo Ricardo frunciendo el ceño y soltando una carcajada que causó una mirada de reprobación por parte de Gaby y su prima.

Se sentaron muy juntos y sin darle tiempo a nada, Gaby le tomó de la mano,  Ignacio agradeció a Dios por ese gesto pues era una de cosas que le habían preocupado toda la semana, se la apretó calculando cuanta fuerza sería suficiente para demostrar interés pero sin que le hiciera daño y a los pocos minutos se dio cuenta de que su mano había comenzado a sudar, que hacer en este caso, retirarla y secarse con el pantalón, dejarla así y rezar por que no hiciera ningún comentario, Dios, eran tantas interrogantes y ninguna respuesta.

La cola del cine era enorme, Ignacio sentía que todo el mundo lo estaba observando, tomado de la mano con Gabriela sentía el peso de cientos de ojos enfocados en ese par de manos que juntas, desafiaban a todos los presentes.  Las dos chicas entraron a buscar puestos e Ignacio se quedo con Ricardo comprando las cotufas, refrescos y los chocolates de rigor.

Al entrar en la sala pudo ver a Gabriela guardando un puesto con su sweater una fila mas arriba que su prima y le pareció una señal muy alentadora, avanzo por los puestos ocupados ya de gente y se sentó en el que le tenían reservado, entrego las cotufas y el refresco y se guardo los chocolates para mas tarde.

Apenas se sentó, Gaby lo agarró por el brazo, le dio un beso en el cachete y se quedo ahí recostada de su hombro mientras pasaban los trailers de los próximos estrenos.

Aquella historia de Maverick y Charlie enamorándose mientras en el fondo Berlin tocaba Take my Breath Away, completaban un escenario idílico. En un descuido de Gabriela, levantó su brazo y se lo paso por encima del hombro, con la otra mano le tomo la suya y el tiempo transcurrió tan rápido que nunca pudo hacer aquel movimiento que había ensayado tantas veces, buscar la boca de Gaby y robarle un beso.

Sin saber como ni por que, la película acabó y las luces lo enfrentaron con aquella realidad, su vida estaba acabada, pensó, había tenido su primera cita romántica y no había logrado dar aquel beso que tanto había anhelado y que sería el primero de muchos mas que daría en la vida.

Subieron todos al carro y Ricardo sugirió parar en la Plaza de las Banderas, al llegar se bajaron del auto y Gabriela sugirió dar un paseo por el bosque de pinos adyacente, lo cual le pareció una excelente idea a Ignacio, era la oportunidad de hacer su movimiento y lograr por fin aquel beso que por derecho le pertenecía y al cual no estaba dispuesto a renunciar.

Caminaron durante un rato tomados de la mano, muy juntos, la cabeza de Gaby apoyada en su hombro, disfrutando de la brisa fresca y conversando acerca de la película que acababan de ver, cuando de repente Gabriela se detuvo, le tomo a Ignacio las dos manos, subiendo a sus zapatos y apoyada en las puntas de sus pies le dio un beso en la boca, un beso suave y largo como nunca antes nadie le dio y que muchos años mas tarde, él, recordaría con aquel cariño especial que se tiene por aquellas personas que han sido amigas y amores.

Como terminó la historia es irrelevante, el mundo giro muchas veces y nadie llevó la cuenta de cuantas vueltas dio desde ese día.  Se alejaron y se acercaron innumerable cantidad de veces, pero Ignacio, siempre conservó ese recuerdo como uno de los mas importantes de su vida, el día que por primera vez besó a una mujer y además, la primera vez que se enamoró.




  

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