La fiesta del bobo
Crecer en un pais hispano parlante representa un reto por el solo hecho de hablar un idioma que hoy en día solo es superado, en cantidad de personas que lo utilizan, por el Chino y el Ingles. El español tiene muchas variantes y cada región usa y abusa de él como mejor le parece, tanto que en un mismo país la gente da sentidos diferentes y a veces antagónicos a la misma palabra de una ciudad a otra.
Los insultos que un lugar pueden llegar hasta las últimas consecuencias, son recibidos con cariño a unos cuantos kilometros de distancia. Entre amigos es común tratarse utilizando insultos terribles, nuestros "panas" son todos una cuerda de "coños de madre", todos conocemos a un montón de "hijos de puta" (buenos y malos) y no hay mejor amigo que aquel al en su cara le podemos decir que es un "rolo e' marico".
Pero hay palabras que a lo largo y ancho de todos los países que comparten la lengua de Cervantes significan lo mismo. Una de estas palabras es "Bobo", una palabra simple pero poderosa, que denota una condición que según el diccionario, puede referirse, a una persona de poca capacidad o entendimiento. Bobo también puede utilizarse para nombrar a una persona demasiado candorosa o ingenua, siendo esta ultima, una definición demasiado parecida el "pendejo" que tanto usamos en Venezuela.
En este caso y guardando distancias de las pendejadas normales de cuanto pendejo nos rodea, vamos a entrarle de lleno a la palabra que nos ocupa. Desde niño nos acostumbramos a insultar y a ser insultados, es una condición normal de la vida en sociedad que poco o nada nos afecta. Cuando alguien nos intenta agredir llamándonos de "hijos de puta" un mecanismo en nuestra mente nos hace entender de forma inmediata que no es mas que una provocación, pues estamos convencidos de la probidad de nuestras progenitoras. Una "mentadita de madre" nunca nos pesa mas de la cuenta y la ofensa que tiene como blanco nuestra sexualidad, o la puesta en duda de la misma, nos "resbala" si estamos seguros de lo que nos gusta y lo que no.
Personalmente "bobo" es una palabra que siempre me ha molestado, por que siento que encierra una carga de honestidad por parte del insultante que no tienen las demás. Es volver a nuestra mas temprana infancia y revivir los miedos de no ser suficientemente bueno en algo, no tener la chispa necesaria para entender un doble sentido o un sarcasmo así como de reconocerse a si mismo "inferior" o por lo menos por debajo del promedio de aquellos nos insultan.
Justamente por esto me preocupa terriblemente el hecho de que podamos permitir que nos llamen la generación boba, mas cuando el termino lo acuño el infame Edmundo Chirinos, asesino y aberrado sexual, que hoy disfruta de la libertad gracias a su pasado izquierdista.
Pero no solo me preocupa que nos tilden de esa forma, me preocupa mucho mas que mis compañeros de generación en buena parte no tengan ni idea de que existe el termino y que, en una cantidad exhorbitante, repitan los patrones de conducta que llevaron a la creación de semejante definición.
Somos una generación que, en gran numero, creció sin saber por que, ni para que. Que olímpicamente llegamos a viejos y tuvimos descendencia, transmitiendo en muchos casos, esa cándida estupidez a nuestros vástagos, creando un problema que de largo nos debería preocupar mucho mas que el SIDA, la obesidad y el cáncer juntos; una verdadera epidemia que amenaza con destruir todo lo que nuestros antecesores lograron hasta mediados de los años 70.
Pasamos de ser la cuna de las democracias suramericanas a convertirnos en un panfleto comunistoide, de ser un pais boyante por los ingresos petroleros a ser un país de marginales, pero no por pobres, sino por cortos de intelecto. Un país que cada día se parece mas a una burla de si mismo y a un insulto a lo sufrido y logrado por aquellos precursores, que se fajaron para hacer de esta, una gran nación.
No es hora de llorar por la leche derramada, pero si es un buen momento para pensar en lo que hicimos y lo que dejamos de hacer. De tomar decisiones y de hacer sacrificios. De pensar en el bien mayor antes que en el nuestro y estar convencidos que el mal que nos daña no es el que recibimos, sino muy por el contrario el que hacemos o permitimos.
Dejemos atrás el miedo, dejemos atrás las mezquindades y pensemos en lo que queremos para el futuro, si queremos ser recordados como la generación que permitió una fiesta de Bobos, que termino de acabar con lo poco que queda de nación o como aquella que dio un golpe de timón y cambio un rumbo que solo nos puede llevar a mayores desastres.
Les dejo un abrazo a todos y les pido solo una cosa, piensen.
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